Sociedad japonesa: Un mapa del presente, un camino al futuro

¿Cómo es el Japón del mañana? ¿Hay siquiera un futuro posible para una sociedad envejecida, tocada por las crisis económicas y ecológicas que han marcado el devenir del siglo XXI? ¿Podrá el país resistir el duro golpe que ha supuesto prorrogar los Juegos Olímpicos a causa de la pandemia?

Toca esgrimir que no hay respuesta fácil para estas cuestiones. Realmente no la hay. Sin embargo, ello no nos libera de tomar el pulso al Japón contemporáneo, antes de decretar su muerte… Al fin y al cabo, la nación ha sido siempre flexible como la caña de un junco. Dirimamos, pues, los enclaves que arbitran el futuro de la sociedad japonesa.

Modelos de familia y hogar

Conocemos sobradamente la rigidez de moldes familiares a la que ha estado sometida la sociedad japonesa desde el inicio del milagro económico. Kazoku (familia) y katei (hogar), sumai, ie, uchi Son todos términos ligeramente divergentes, que podrían distraernos de la homogeneidad de las expectativas sociales cultivadas por la tradición.

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Tampoco la ley promueve la modernización de los valores nacionales: aunque en marzo de 2020 se dio un primer paso para aceptar la constitucionalidad del matrimonio homosexual, este fue un movimiento discreto, que no prevé cambios a corto plazo.

La rigidez es severa también en cuanto a la concepción de hijos fuera del matrimonio: en Japón, de solo representan un 2% entre todos los nacidos (en España, la cifra subía al 48% en 2019). Además, el Código Civil japonés establece que los niños nacidos fuera de la unión conyugal solo tienen derecho a heredar la mitad del patrimonio.

Si sumamos las restricciones a la ausencia de ayudas a la conciliación, se explica una tasa de natalidad ya seriamente baja, que en 2060 dejaría al 39,9 % de la población japonesa por encima de los 65 años. Resulta curioso, en todo caso, que en el archipiélago ya vivan más mascotas que menores de 15 años.

La mujer japonesa

Sin embargo, aún la mayoría de mujeres (un 90%) planea casarse y convertirse en ama de casa. De hecho, en un sistema que abraza al hombre como principal sustentador de la familia, por desgracia el 54% de las madres solteras se han visto arrastradas más allá del lindar de la pobreza.

El matrimonio de por vida está bien imbricado en las fibras más íntimas del pensar japonés, aunque cada vez es más frecuente encontrar a esposas trabajadoras, que concilian trabajo doméstico con empleo a tiempo parcial. Será el resultado de las womenomics (women+economics, «feminomía»), plan lanzado por el aquel entonces Primer Ministro Shinzo Abe para compensar la pérdida de trabajadores por jubilación con el reclutamiento de la población femenina.

Kioto

El sistema educativo en Japón

Se encuentra cada año entre las primeras posiciones dentro del ranking del informe PISA, que mide el rendimiento escolar en ciencia, lectura y matemáticas. Prepara a los alumnos para adoptar la famosa armonía social nipona (wa) y premia el esfuerzo constante a través de un rígido sistema meritocrático. También integra la enseñanza trasversal de valores, ya sea mediante clubs extraescolares (busatsu) o la participación de los niños en la limpieza de las aulas y los servicios de comedor. La escuela japonesa, pública y gratuita, es un referente mundial… Lo cual no la exime de críticas, entre las que destacan:

  • una jornada que no deja margen para el descanso (los deberes son muy frecuentes y el 70% de las escuelas operan también en sábado);
  • la falta de músculo creativo y espíritu crítico, debido a la reproducción indiscriminada del laconismo cultural dentro del aula;
  • la ansiedad de los alumnos a la hora de enfrentar los exámenes, determinantes para su futuro laboral, y el endeudamiento, de padres (económico) y estudiantes (temporal), durante su preparación.

La empresa japonesa (kaisha)

Si se ha coincidido con alguna firma nipona, se sabrá que las empresas tienen unas dinámicas internas absolutamente propias. En una oficina, arbitrarán valores como la armonía (wa), el sentimiento de deuda (giri), la contención (enryo) y la ética grupal (shudan ishiki). Habrá, por otra parte, una fuerte jerarquización (el sistema de reverencia confuciano del oyabunkobun), que promete un lento ascenso por la escala de mando si se trabaja con constancia durante años.

Santuario-Meiji-jingu-Tokio

El inmovilismo laboral del salaryman es también de sobras conocido, así como los puestos a tiempo parcial (arubaito), que sirven a las empresas para ampliar los horarios de apertura a base de mano de obra joven.

Una excelente noticia en tiempos de pandemia: el teletrabajo es ya una práctica extendida entre el 70% de los salarymen japoneses, que ya no deben cumplir horas extra socialmente obligatorias, ni dentro ni fuera de la oficina. Se acaba así con una de las principales causas del karoshi (muerte por cansancio).

Buscando nueva mano de obra

Adiós a la inmigración en Japón

Cuando parecía que Japón estaba empezando a abrirse a la posibilidad de incorporar a la inmigración como nueva pieza clave para solventar la falta de personal (en 2019, se esperaba la llegada de 345 000 foráneos), la pandemia se adelantó y lo cambió todo. El gobierno de Abe, en todo caso, veía esta incorporación como una solución a corto plazo, con cinco años de permiso unipersonal y no-renovable.

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Con las fronteras del país cerradas, la diversificación étnica del país se pone en espera, pero también los abusos a los que eran sometidos los recién llegados. El 70% de los empleadores dentro del Programa de Entrenamiento Técnico Interino (TITP) había violado en alguna ocasión la normativa laboral.

La robótica al rescate

Mucho menos reacios se hallan los japoneses a la entrada de robots que de inmigrantes en sus domicilios. La domótica se ha incorporado ya en prácticamente todo el equipamiento de viviendas japonesas, y la robótica ofrece vías de ayuda posible para las personas de la tercera edad que necesiten cuidados frecuentes.

La base animista del sintoísmo, así como la proliferación de iconos pop mecanizados (desde Astro Boy a Hatsune Miku), explica por qué, al contrario que en Occidente, los hijos mecánicos de genios como Hiroshi Ishiguro despiertan más curiosidad que repulsión.

El ecologismo en Japón

Japón, quinto país más contaminante del mundo y uno de los más afectados por la crisis climática, propuso finalmente una fecha límite para la reducción al cero de los gases de efecto invernadero: 2050.

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Va en consonancia con tantísimas políticas medioambientales impulsadas estos últimos años en programas como la Iniciativa Satoyama de preservación forestal o el caso Kamikatsu. Kamikatsu es un pequeño pueblo rural que ha conseguido reciclar el 90% de sus desechos. Gracias al éxito de la propuesta, se espera que en un futuro más poblaciones integren esta política en su día a día.

Desde Occidente, pueblos como el de Kamikatsu se nos aparecen como casos excepcionales, pero no lo son tanto, si tenemos en cuenta la mentalidad japonesa. Japón es aquel país donde los ancianos se dedican a limpiar la basura de las calles. Japón, insisto, es aquel país donde el individuo desea servir al grupo o, por lo menos, espera no causar molestia alguna. Sociedad del sumimasen, de imperturbable armonía: ¿qué aprender de ellos?

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La sociedad japonesa es inabastable en un breve artículo como este. Para descrubrir más sobre el trabajo en Japón, la familia nipona, la economía asiática y el sistema educativo japonés, te recomiendo comprar el volumen III de Japón, el archipiélago de la cultura. En Amazon, lo encontrarás al mejor precio

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Descubre Japón | Tierra de Wa: un intento de aproximación

VOLUMEN III: SOCIEDAD, LOS RETOS DEL FUTURO.

En la ética japonesa ha destacado la conciencia social, la responsabilidad colectiva, la necesidad de preservar, ante todo y sobre todo, la unión del grupo.

Carlos Rubio

El Japón de las dos primeras décadas del siglo XXI es, en sí mismo, un gran rompecabezas por resolver. En un texto introductorio, Carlos Rubio expondrá con mirada limpia doce recovecos del panorama social contemporáneo, del detalle al todo.

Le seguirán las valiosísimas aportaciones de Mayuko Ogura y Javier Landeras para con el estado de temas de estricta actualidad: una primera definición del concepto de familia japonesa (la kazoku y la katei), la evolución feliz y paulatina de la situación de la mujer japonesa dentro de una rígida sociedad patriarcal y, por último, el mayor reto del futuro en materia política y social, la cuestión demográfica.

Cómo sostener un país envejecido y cómo afrontar la reticencia a la multiculturalidad serán dos problemas básicos a enfrentar ya desde la palestra que es el sistema educativo japones; las aulas, en las que se fijará Mariló R. del Alisal, con la colaboración de Yuko Fujimura.

Tokio

De la escuela a las empresas en Japón, codificada a partir de los conceptos de kaisha y seifu, y cuyo salaryman lleva años puesto en entredicho, todo ello retomará el mismo Javier Landeras.

Quizás el futuro sí sea brillante, así lo expondrá Rosa Morente en su aportación, que precederá un extenso fresco sobre las luces y las sombras de la tecnología en el país de los yokai y los hikikomori: de ello se encargarán las plumas de Javier Bustamante, y de Mike Hostench e Ima Sanchís, con entrevista al mítico Hiroshi Ishiguro.

Imposible cerrar un tratado sobre el tercer milenio que no plantee cuestiones de orden ecológico. En sendos textos, Mitsuyo Toyoda y José Abel Flores estudiarán la estrecha relación del pueblo japonés con respecto a su entorno y qué podemos esperar hoy de su particular ética de la tierra.

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